Miedos...

Miedos... Jamás he hablado de los miedos, ¿A qué le tememos?¿A qué le temen?¿A qué le temo?
Creo que las personas que tienen cercanía conmigo dicen que soy fría, que sepulte muchos de mis sentimientos, que no importan, que cambie... Quizá sea cierto, quizá lo soy, me importan ciertas cosas, me importan las personas que me quieran en su vida, pero también tengo miedos, ¿Leiste bien? Si, yo también tengo miedos, muchas cosas me aterran, al igual que todos los demás, también soy un ser humano, el hecho que haya decidido cambiar no dice que no lo sea, o que muchas cosas no sigan siendo lo mismo, si lo son, algunas cosas lo son. Pero he venido a escribirles sobre los miedos, ¿Qué son los miedos? Básicamente es eso a lo que el ser humano teme desde su corazón, algo que le cause pavor o que simplemente quite el sueño, que te perturbe siempre y no te deje ser feliz. Esa es mi definición de miedo.
¿A qué le temen?¿A que temer? ¿Porqué? Quizá sus temores surgieron por algún evento que los dejó marcados, quizá sea algo imprevisto, o quizá viene desde niños. Hay diferentes tipos de miedos, está el miedo a las sensaciones, miedos a las cosas, animales y muchos más. No entraré en detalle sobre esto, no es algo en lo que quiera profundizar, solo quiero conocer sus miedos, y hablaré de los míos, porque para todo hay una razón. Así que, ¿Por qué no empezamos ya?
Bueno, es difícil, sí, es difícil, difícil hablar de miedos que jamás comentaste o que solo están allí desde siempre, si, quizá desde siempre, o tal vez no, tal vez nunca estuvieron allí, tal vez somos débiles, o tal vez estábamos muy mal y por eso se manifiestan. ¿A qué le tengo miedo? Admito con sinceridad que le temo a muchas cosas, si, le temo a muchas cosas;
Cuando era pequeña:
cuando era pequeña le temía a la oscuridad, porque temía al monstruo que se esconde debajo de las camas o entre los armarios. Cuando era pequeña le temía a las profundidades, porque una vez casi me ahogo en una piscina y sé que no son tan hondas, pero yo no es que sea muy alta, así que, si. Temía que me regañaran, porque sentía que siempre que lo hacían mis sentimientos caian y eso no me gustaba. También temía a que me dejaran sola y entraran a robar, y si era el caso, a violarme, no me gustaba salir mucho, pero prefería eso a quedarme sola, y peor aún después odiaba quedarme sola, por lo menos mientras no supiera cómo defenderme. Cuando era pequeña le tenía miedo a las serpientes, porque una vez estaba dormida después de (sonará raro porque no soy religiosa, pero bueno) una misa en mi casa y con misa me refiero a un acto religioso, algo así como un culto católico, porque mi familia lo es, una serpiente paso por mi lado y desde entonces les tengo pavor, me da la sensación de que si están cerca de mí, me van a morder y voy a morir, aunque eso no sería malo. Mentiras.
Cuando era pequeña tenía miedo a salir sola, ni siquiera salía a las tiendas a comprar y cuando lo hacía era por obligación, tenía miedo de que me hirieran, no diré como, pero era mi miedo, también temía que si salía algún loco me iba a robar o me iba a hacer algo. Por eso evitaba salir. Cuando era pequeña le tenía miedo a las marionetas, a las personas disfrazadas, porque había muchas películas en las que estas personas masacraron y yo no quería morir. No de ese modo. Tengo claro como deseo morir, y es de forma natural, siendo anciana.
cuando era pequeña le tenía miedo a los fantasmas, nunca los ví, temía que me asustaran, que me cogieran de los pies y me arrastraran hasta el cementerio. Tenía miedo de ser grosera, de no hacer caso, porque pensaba que el diablo se me iba a aparecer si era así. Tenía miedo de todo lo desconocido, pero afortunadamente fue aún en mi infancia, que abrí los ojos.
Inicios de mi adolescencia:
A inicios de mi adolescencia descubrí que tenía miedo a que me juzgaran, a que la sociedad me rechazara por no ser el tipo de persona que todo el mundo quiere y espera, por ser diferente, descubrí que tenía miedo a que me apartaran diciendo que soy un peligro estatal por mi manera de expresar y eso que aún en ese entonces, no había compartido las cosas que pensaba diario. A inicios de mi adolescencia los pensamientos malos empezaron a rondar mi cabeza (espero sepan guardar información), y con ello me refiero a tener cerca un cuchillo y querer cortarme las venas, porque tenía miedo que el dolor me consumiera, extrañaba a mis hermanas, ya habían pasado un par de años y me moría por dentro, y entonces, tenía miedo de que el dolor fuera más fuerte y cometiera un error, cuando mi familia no lo merece, no merece sufrir, fueron de las primeras veces que pensé en el suicidio, ¿Estupido, no? Primeras veces, si, hubieron más, ¿Si lo sigo pensando? No, eran estupideces.
A inicios de mi adolescencia descubrí que tenía miedo a que mi familia me obligara a ser la copia barata de la sociedad, que me obligaran a ser algo que no quería y por eso muchas veces no hablaba, no compartía opiniones, por temor a que me rechazaran, hoy agradezco que el temor fuera eso, un temor. Tenía miedo a no tener amigos de verdad, porque había pasado de hipócritas todo el tiempo, tenía miedo de que si confiaba en alguien como para contarle mis secretos, no fuera quien yo esperaba, y termina peor. Tenía miedo de que mis miedos se hicieran realidad, de que todo lo que he conseguido se derrumbe, que no sea suficiente para nadie. Que yo fuera suficientemente fuerte como para afrontar los desafíos de la vida, tenía miedo de ser débil, de no terminar mi bachillerato porque pensaba que era tonta y que no lo lograría, tenía miedo de defraudar a mi familia, de que hiciera las cosas mal. Tenía miedo de salir sola, porque seguía pensando que algo malo me pasaría. Aún temía a cosas cuando era niña. Pero ahora algunas más habían aumentado, supongo que ese es el temor de todo adolescente. También temía a que me raptaran, temía andar en las noches. Temía a que me mintieran y yo creer. A que luego las mentiras me hirieran y terminaran destruyendo lo que soy.
Ahora:
Ahora, voy a cumplir 18, aún faltan 4 meses, pero algunos miedos han cambiado, yo no le temo a lo raro, a lo que no conozco, amo la oscuridad y lo que venga con ella, temo a las arañas, más bien las odio, no me gustan, no puedo verlas cerca y menos en mi habitación, si hay alguna no puedo dormir en paz hasta no darle cristiana sepultura. Me atemorizan los rayos, truenos, relámpagos o cualquier parecido, pero me gusta contemplar su fuerza y la furia de su impacto. ¿Contradictorio, no? Bueno, es que ni yo misma me entiendo, pero es la verdad.  Temo aún a ser juzgada sin que me conozcan realmente, a que la gente invente cosas que no son ciertas y provoquen otras la debilidad que he estado encarcelado hace años, y es que al igual que todos también siento, si, entendieron bien, también siento cosas, muchas cosas al igual que ustedes me hacen daño, peor si son mentiras, peor si descubro que lo son, porque muchos se visten de farsa y no entiendo porque, no lo entiendo. ¿Porqué? Eso me hace daño. Aún temo al olvido, temo al mañana incierto, a morir con dolor, a sentir dolor (Mentiras). Temo a no ser nadie, me temo a mi misma. Si, a mi misma, y es que a veces no me reconozco. No lo hago y temo por ello. Si chicos, yo también temo, y esto es lo que soy, mis miedos.

y ustedes, ¿A que le temen?
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ines0901@hotmail.com.

-Shaddy.