Suelo preguntarme esto muchas veces al día, no sé que tan normal sea, supongo que la gente corriente lo hace, pues hace parte de una curiosidad innata del ser humano. ¿Qué habrá luego de morir? ¿Qué sucederá con mis cosas? ¿Con mis amigos o familia? ¿Me recordarán siempre? ¿Me querrán aún al morir? Ahhh, qué vainas, es ridículo, creo que macharcarse la mente con esto deja mucho que desear, pero siendo sincera, prefiero esto a pensar otras cosas.
Llevo años con este blog, dejando cantidad de mi vida, de información que no pidieron, poesía, pendejadas, hasta videos (que ya no están, no se esfuercen en buscarlos) y aún así siendo conciente de que debo aprender a no decir más de lo que debería, tú das parte de ti cuando le cuentas tu día a alguien, cuando compartes como te sientes, o qué sientes, cuando te quejas por algo, o cuando sabes que todo esto terminará destrozándote. Cuando me pregunto a mi misma, sobre si estoy haciendo las cosas bien o no, me entra una profunda necesidad de desahogo, de gritar, de llorar, porque no, ningún aspecto hasta el momento logra hacerme sentir bien, completa, feliz. Debe ser una variante, he leído que cuando estás en ese torrente depresivo, no necesariamente debes aparentar estar mal, pero sí tus emociones, bajan, se apagan, no ves con claridad, pero estás segura de que aplacando un poco el impacto de tus decepciones, no estimulará por completo el dolor.
Aún así, es Shaddy, es el blog que cree de una nada, que surgió como una luz, que estuvo ahí a la espera, aguantando el vacío de mi ausencia, de mi falta de motivación... Aún cuando pensé que era momento de borrarlo, encontrarán que en mis viejas entradas (o publicaciones, para los menos instruidos) son un tanto infantiles, y no es que no me sienta así aún, eso debe valerme lo que les vale a ustedes la vida y las personas, pero al leerlas, siento una parte de mi que ya no existe, una parte que no sé si creció, o si desapareció tras entrar en todo este maldito mundo lleno de flagrancias, y ecuasiones pedantes y pauperrimas, de nuevas costumbres y situaciones que dan asco. Me enferma creer que pudo haber sido eso. Me enferma haber caído, haberlo permitido, ¡Qué tonta!
Cuando pensaba en qué sería de mí, me dije que ya no me importaba, que el día que muriera ese día debía solo pensar en mí, tú mueres y si a caso tu familia te recuerda con un amor doloroso, si es que eso es así, no sé. Sin embargo, nada cambia, todo sigue estando de la misma forma, ni el arrepentimiento, ni el dolor, ni las circunstancias que son inamovibles mueven un poco de eso. No hay nada, desapareces, pero al menos dejas de estar aquí, en este mundo, que sí ofrece tanto, tiene tanto, y aún así, ha logrado decepcionarme.
Y con esto no quiero hacer toda una estratagema, a este punto ya me da igual como pueda o qué pueda usted pensar de mi querido lector, sólo vengo aquí a dejar lo que pienso, sin embargo, hay algo que quiero aclarar, no tengo intenciones de morir aún, no planeo hacerlo, aunque la mente, y eso todos los sabemos sea una maldita. No sé que traigan los años, y ahora que lo pienso mejor es mejor no crear nada, ni un vínculo, ni una esperanza, porque sé que no sería sano de mi parte. Tengo tantos planes, estoy buscando hacer un retiro espiritual, alejarme un tiempo del pueblo, un tiempo que me permita realmente priorizarme, valorarme, quererme, y poder alejarme de situaciones, personas, cosas, y todo lo demás, que yo sé, no me harán bien. Espero eso me ayude, he estado hablando con amigos, chicos, personas que conocen mi situación y es lo mejor, no estoy dispuesta a dar de mi alma, a mostrarme y aún así empezar a sentirme insuficiente en todo el sentido de la palabra. Les pido se ahorren comentarios, mensajes, o algo, si bien muchos lo han notado esta semana me he mostrado más ausente, menos perceptiva, dejándome llevar un poco, pero bueno, duré algo baja de ánimo y escribirles, leer, empezó a parecerme tan soso.
Y estoy allí, aquí, allá, buscando, planeando, escribiendo, retomando, porque es imposible que con todo lo que puedo hacer algo como esto pueda detenerme, uno de mis sueños es dejar algo con lo que puedan recordarme, y sentir que al menos parte de mis sentimientos llegan a dónde deben llegar. Esto es Shaddy, yo soy Shaddy aunque no quiera creerlo, aunque me cueste admitir que esa parte fuerte exista en mí, esto es mío, mi espacio, mi blog, les dejo, cómo siempre la ventana abierta a mi vida, a mi corazón, porque también me cansé de fingir que todo esto nace de mi, siento que en cada realidad, así sea inspiración de alguien más, hay algo de mí. Y con algo de añadidura, les cuento que estoy abriendo mi corazón, no dejaré que me lastimen como antes, andaré con cuidado, porque ya sé que quiero, y por fortuna parece que hay alguien que también, esperemos qué sucede. Por ahora no me queda más que agradecer, y esperen, este blog empezará a resurgir.
-Leidy Ñungo.
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