Consuelos...

Esos viajes crepusculares que alimentan mi sed de conocer,
las ricas inmensidades que preceden la vida
y luego, estás tú, tan presente y lejano como mi alma,
como no extrañarte y añorarte, si no me acostumbro a tu ausencia,
como no pensar en cada pequeña palabra y sonrojarme...
pero me voy de uno en uno, como de a poquitos y me elevo,
y luego no estoy.

Quisiera acortar las millas y acercar la lejanía,
pero decido permanecer suspendida en el tiempo,
sin retroceso alguno a mi cuerpo, y crece.
Sin embargo, pienso en como ser sin dañarme,
de entregarte esos pedazos, pero no cavilo razón
y nada pasa, mi corazón me retiene.

Pienso en como prevalecer sin sentidos en esta tierra,
en mantenerme sujeta relativamente a mi yo,
y faccionarme en cada uno de los lugares que he visto,
de hacerme una con el viento e irme lejos...
y es cuando siento que me atrapas, me sujetas, sonríes
y me enamoro de ese increíble ser que partido ofrece repararme.

No miento que estoy cruda, que no sé actuar y hay catarsis.
La vida me arranca sin pudor partes y no recuerdo ni quien soy,
me arrulla el dolor intenso del pasado
y no demás desconfiar de caer en el abismo oscuro del sin saber.
Que el problema no está en si quiero o no,
no evidencio que deseo y quiero sin quietud,
que me entrego y suspiro,
el cauto sigilo es con la vida, que no es más que mi enemiga,
que se lleva lo que quiero y me acuchilla sin piedad la maldita,
y el irrelevante suceso catatónico, vuelve a empezar.

Deseo entrometerme en el placer mundano,
de ir y venir sin temer represalias del karma,
de darme el lujo de amar sin tapujos y mecerme con él,
de conservar la calma y no pensar, no pensar.
Conoce, me tiemblan las piernas cuando escucho tu voz,
y se me llena el estomago de una rara sensación,
y se me estremece el corazón, salta, baila y grita.
Sí, eso haces tú.

-Shaddy.