Hoy estando en una cafetería hablando sobre cualquier cosa
con un buen amigo, he visto pasar un chico, más bien un niño, no creo que
sobrepase los 13 años de edad, con una cicla casi destartalada, vestido de forma
muy humilde y digo esto porque se notaba que la usaba mucho, con una hielera de
icopor terciada y en una de sus manos un tarrito de ají. Me quedé observándolo,
y dije, este será mi tema para el blog, y escribí: “El niño con las empanadas”
y de aquí nace esto. A lo que voy es, ¿Qué motivo, razón o circunstancia, han
llevado a este niño a tener que salir a trabajar, para especificar a vender
empanadas?
Quiero inmiscuirme un poco en el tema, más en este, llegué a
pensar, a comparar quizá, los hechos que consideré que le atribuían a mi vida
algo difícil, y no se comparaba con la de ese niño, para nada, analicé en ese
momento quien era yo, mi vida, y todo, con los de ese niño que no tenía la edad
necesaria para trabajar, ¡Era un niño!, un niño que a esa edad trabaja para
sostener, o quizá para ayudar a su madre, un niño que probablemente no tiene lo
que muchos poseemos como clase media, que no tiene si quiera el tipo de ayudas,
de cosas o de lo que llamo yo, las posibilidades, todo lo que se nos permite
poseer, de lo que derrochamos diariamente, de las cosas que rechazamos porque no
es lo que pedimos o deseábamos, prácticamente en el egoísmo, el cinismo que poseemos
como personas, eso que no pensamos al momento. No, ese niño quizá no tenía
todo, ese niño probablemente tenía que trabajar para conseguir sus cosas, todos
los días recorrer el pueblo en busca de quien compre sus empanadas, en busca de
quien le ayude a conseguir su producido del día para poder comer o comprar las
cosas que necesita. Definitivamente me incluyo en esa lista de personas que en algún
momento pensaron que lo tenía todo, y que deseaba más, sin llegar a ver que hay
personas que ni siquiera pueden conseguir la mitad. Ese niño, no era como yo,
ese niño pasaba por malas circunstancias, tal vez vea la vida con buenos ojos a
pesar de todo lo que tiene que pasar, no lo sé, solo hago introspección de mi
parte, pero a mí, ¿A mí que tipo de malas circunstancias he tenido que pasar
para considerar mi vida de este modo? ¡Nada! Nada, no he tenido que pasar por
una mala situación, no de tal manera que me lleve a trabajar sin estudiar para
conseguir y ayudar a mi familia, afortunadamente no he tenido que pasar por
algo así, sí, he derrochado, pensando que siempre iba a tener más y más, que
iba a tener todo tipo de posibilidad, pero viendo a ese niño, ví, que estamos
mal acostumbrados, que el ser humano no siente remordimiento, que hay personas
que viven peor que nosotros y aun así llegamos al punto de menospreciar a la
gente por como viste, por como se ve o incluso, por su estrato económico, a
verlos por encima del hombro y
examinarlos de pies a cabeza y detallar la más mínima insignificancia.
Desafortunadamente ese tipo de personas abunda, un error de nuestra parte, porque
para crear una vasija hermosa, hay que sacarla del barro, tallarla, moldearla…
sí, del barro, de allí vienen todos. De lo más bajo salen personas que hoy son
muy reconocidas. Créanlo.
Por supuesto, considero que ese índice que es muy alto hoy
en día de suicidio, es una porquería, si, bueno, sé que como muchos a veces mis
temas son tipo “me quiero morir” ¿Qué joven a esta edad no lo piensa? Pero
ahora y no es que diga que lo deje a un lado, enfatizo no es que lo haga, es un
típico pensamiento, pero porque se suicidan, ¿Por qué los padres no los ponen
atención, o porque creen que todo es una mierda aun cuando lo tienen todo, o
por amor, o porque han dicho cosas? Bueno, sí, entiendo, tal vez hay una razón
y es justa, pero teniendo todo, me pregunto entonces ¿Porque esos niños que no
tienen nada, solo sueñan con salir del lodo sin necesidad del suicidio? Porque
ellos si ven lo duro de la vida, ellos si han tenido que parir pedazos para
conseguir todo, nosotros no, nosotros somos egoístas, no vemos otras caras de
la vida. Y nos echamos a morir, no creo que siempre logre cambiar pensamientos
al respecto y no infiero a que deban hacerlo, pero si a pensar. De ahora en
adelante creeré en esa gente que aún sin mucho vive feliz, es digno de admirar,
porque no puedo comparar mi buena vida, con la vida de ese niño de las
empanadas. Nunca.
-Shaddy.
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