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Aquí estamos nuevamente, tantos años maniobrando para volver aquí, este espacio casi seguro y solitario. No importa, aquí expresé mis miedos y soledades alguna vez para poder soltar la carga que llevaba y si bien, siguen, al menos pretenciosamente quiero creer que sirvió para poder poner en orden todo ese remolino de emociones y trayectos que me afligian. Aunque aún lo hagan. No puedo por más que pretender no ponerlos al tanto de mi vida, han pasado un par de años desde que dejé de escribir, y sinceramente a este punto no había considerado la necesidad de hacerlo, aunque escribir para mí es soltar. Muchas cosas pasan, están ahí, en el medio de mi pecho existiendo y sofocandome. Es más, me ha resultado terriblemente agotador no pensar, y cuando lo hago me desbordo. Hubiera querido poder hacer de mi vida algo distinto desde hace mucho tiempo, pero entendemos los letrados en las tristezas, que es casi imposible poder direccionar fácilmente. O al menos, cuesta más tiempo y no está demás, e

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Lidias...

Llevo 12 años de mi vida lidiando con cosas que no debería, a veces creo que lo que digo no tiene peso, que la gente no cree, que lo que siento ni siquiera importa, bueno, no puedo hacer mucho al respecto salvo ser transparente conmigo misma, y amarme sobre cualquier cosa. Me siento mal, muy mal, llevo días sintiéndome de una forma que no comprendo mucho, intento no dejar que me oprima, salir, hacer cosas que generalmente no haría por mi fobia social, pero las hago, las hago y no siento mucho valor en lo que intento hacer, no puedo dar pasos agigantados cómo otras personas, no puedo matarme haciendo cosas que me consuman porque la gente no entiende que mantenerme cuerda ya me consume, me agoto demasiado, muchísimo, todos los días me siento de esta forma, ¿No se ve, verdad? 
Mi cabeza es un caos, tengo un desorden increíble y creo que así es toda mi vida, y no puedo negarlo, no es que sea a propósito, soy muy jóven aún y llevo a cuestas una madurez a la brava, porque tuve que hacerme grande, fuerte, aún cuando debía estar siendo niña, cuando debía estar jugando y creyendo en un arcoiris de colores que no existen y eso me hace sentir orgullosa, porque tuve que actuar cómo una madre con mi madre, y ser mi propia amiga cuando no podía hablar con los niños de mi edad por miedo. No hablaba con mi familia casi, para comunicarme tenía que ser por medio de mi primo (que no es mi primo), porque me daba pánico, y aún a mi edad, no puedo justificar mi falta de comunicación, pero no sé cómo hacerlo, creo que vincular mis emociones y crear ese lazo en el que cuento y me abro a la gente, es dar una posibilidad de destruirme y soy consciente del medio en el que me muevo, de la gente que me rodea, de la oscuridad que siento, y de lo bajo, muy bajo que puedo caer.
A veces me pongo a pensar tanto, no se imaginan la cantidad de cosas que pasan por mi cabeza, la ansiedad que me da la vida, el miedo tan atroz de no estar cumpliendo lo que debería tener a los casi 23, de que a veces creo que no merezco cosas bonitas, de que a veces creo que no vale la pena esforzarme en nada, total, a veces creo que no podré, que no puedo controlar mis emociones, y que todo lo que anhelo, deseo y aspiro, son sólo fantasías de una niña reprimida, pero en días cómo hoy, en mañanas cómo esta, me diga que no debería pensar tanto, que sí es posible creer en cosas que la gente esta perdiendo, que no se esfumó mi humanidad y que es lo mismo que puedo ofrecer a quien me ofrece de sí. Niña, niña, mujer, mujer, fue tan rápido que se me pasó el tiempo, tantas cosas que no hice porque estaba ocupada siguiendo un camino sano para no perderme más en ese bucle de la depresión. Y es aquí cuando quiero dejar algo claro, tuve tres intentos, mis manos no están ralladas, aunque hay partes de mi cuerpo con cicatrices de cortes, es mi interior el que está maltratado, es mi corazón el que está débil y lo mínimo que hago es protegerme, los años pueden pasar, pero no ha sanado; mi alma, no se imaginan el miedo tan terrible que tengo de mi alma, se siente cómo si tanto peso me hiciera una señora de 80 años, pero el vigor de la juventud aún ebulle en mí y hay un choque, en la inexperiencia que me reprocha la sociedad (QUE NO ME CONOCE) y la carga tan pesada que llevo, cuando digo que le temo a mi alma, es porque no sé hasta que punto tengo ganado el cielo, y qué parte de mi, esa parte que no conozco, merece el infierno. Que siga aquí, que siga diciendo, haciendo, esforzándome, no significa que no quiera descansar, y aquí la gente no entiende, que mi proceso lleva mucho, y qué aunque sé que no soy la única, no puedo compararme con la fortaleza de otras personas, soy LEIDY ÑUNGO, perdón por no poder hacer mucho, pero acepté que mi tiempo es diferente al de los demás, y qué las cosas que tienen importancia para mí, pueden ser insignificantes para otros.
Saben, me pasa que veo chicas de mi edad, o hablo con mujeres que han pasado ya mis años y oscilan en edades, y qué ya tenían su estabilidad, sus cosas, se entendían, sé apreciaban, y se daban a la lucha por lo que querían y pienso, carajo, qué mujer tan fuerte, ¿Por qué no puedo ser así? Y digo me encantaría, cuánto lo quiero, lo quiero, lo quiero tanto. Y en vez de ser un motivo de impulso, me siento en reversa, me veo, las veo, me veo y las sigo viendo, analizo, no valgo mucho, no valgo nada, qué partidazo son, qué astucia. Pero no puedo, no puedo forzarlo, no puedo forzar algo en mi vida sólo porque otros lo tienen, sólo porque sus caminos fueron distintos, ellos se sanan así mismos de esta forma, pero a veces siento que se sanan con mentiras, yo quiero sanar de verdad, con todo lo que implica el tiempo, el cariño y la veracidad de mi amor. Quiero decir que me siento orgullosa, encantada, qué belleza de amigas, de personas increíbles me rodean, pero no me puedo engañar, no puedo llenarme con personas cuando yo me siento vacía. Me siento vacía todos los días, llueva o haga sol, ría o llore, así me quieran o me odien, estoy vacía, y es que todo esto que ven, lo que escribo, lo que hago, dejó de ser para mí una catarsis, y aquí es donde entiendo que si no hago algo, sino encuentro algo que me haga vivir nuevamente, mi vela, la vela tan larga de la juventud, se puede apagar con facilidad, yo soy un instante, soy sincera con esto, y quiero que mi familia entienda esto, pero hasta el momento soy muy cobarde, soy cobarde porque no puedo hablar, y son cosas que deben salir de mí, de MÍ y de nadie más, estoy aquí, hoy estoy aquí, estoy contenta porque llueve, porque tomé una taza de café y me sentí nostálgica y sentí la necesidad de compartir, de escribir esto porque aquí nació mi mundo, aquí pude ser, pero mañana, mañana es otro día, mañana sigue mi rutina, mañana sigue mi farsa, el engaño en el que vivo, las mentiras que me digo todos los días para poder salir y darle duro a la vida, a la carencia que siento, sí, soy consciente de la farsa que me rodea, pero aprendí a vivir con ello, porque no puedo hacer nada por un mundo tan vacío cómo este, por ahora me doy amor, a mi manera, en lo que la vida me asfixia, en lo que me voy.
Hay muchos detalles, tengo miedo, un miedo irrefrenable, pero, viví tanto, sentí tanto, y veo que sí fui feliz, que hay instantes que atesoro, cómo una flor hecha en origami negra que me dió Alex, cómo un botón que dice que SOY IMPARABLE que me dió mi tío, cómo un abrazo que me dió mi madre cuando me vio llorando y me dijo que yo era fuerte, cómo el momento en el que nació mi sobrina y me dije que podía ser mi luz y quiero esa luz, cuando me siento escuchada, cuando siento que no me mienten, soy feliz, sí, creo que puedo preservar esto, en algún rincón de mi corazón, de mi mente, debe quedar todo esto, y no es una despedida, lo siento si es lo que parece, pero no creo en las despedidas, las almas son tan extrañas, que siempre hay un reencuentro en otras vidas, sólo es un día gris lleno de mucho brillo, y tengo qué hacerlo, sacar esto porque no puedo respirar. 
Cuando nació mi sobrina, no se imaginan la felicidad tan tenaz que sentí, verla tan pequeña, tan llena de vida, tan llena de pureza, ¡Carajo! Sentí la necesidad de amarla, de protegerla, de velar por lo que necesite, sentí esto mucho tiempo, y este año han pasado tantas cosas que no sé, debo hacerlo, no puedo engañarme, no es suficiente, no es suficiente, ya no es suficiente para mí, no me amarra a la vida cómo creí que lo había hecho, aún no me ama, aún no me siente, aún hay tiempo para dejar de existir y que no sienta mi ausencia. Me digo que es injusto que esté aquí, me parece terriblemente injusto, va a sufrir, contaminación, violencia, guerras, pánicos, vacíos, le van a romper el corazón, y me pregunto, ¿En qué momento se nos pudrió el alma? ¿En qué momento a mí se me dañó tanto la cabeza para querer que otros sintieran mi dolor? Pido perdón, no quiero retribuir el daño que me hacen, que me hicieron, y el que vendrá, porque si sigo aquí, seguirá así, de esto se trata la vida. Enserio, pido disculpas desde lo más profundo de mi corazón, y lo digo ahora que puedo, no quiero hacer daño, por favor, no busquen un refugio en mí, porque yo no puedo ser mi propio refugio, me siento extinguida.
Por ahora, me estoy quedando con las experiencias efímeras de la vida, soy un ser errante, indeleble, medianamente normal, y un poco oscilante, qué complique de humana, pero esto soy. Por hoy, dejo esto aquí, sólo quería ser lo más sincera que mi alma permitiera. Antes de que me opaque la oscuridad, porque está ahí, esperando poder abalanzarse sobre mí.
Estoy llenandome experiencias, arriesgandome, dejando el miedo a vivir, antes de consumirme. Vivan, vivan, ¡VIVAN!

-Shaddy.

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